CONÓCENOS un poco más
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Cambié mi vida de maestra por amor. Y no un sólo amor, no, dos amores. El amor por la fotografía y el amor de mi vida.
Asturiana de pura cepa. Comencé en el mundo de la fotografía profesional en 2011 trabajando para otros fotógrafos. Gracias a esa oportunidad me di cuenta de qué sí y qué no quería hacer como fotógrafa. Se podría decir que forjó mi estilo y mi manera de trabajar. En 2012 tuve la oportunidad de hacer mi primera boda en solitario y desde entonces no he parado de documentar a mi manera uno de los días más importantes y bonitos de la vida.
Soy una mente inquieta, creativa, desordenada y muy ordenada al mismo tiempo. Me gusta cocinar escuchando mi lista de Spotify “Soft Vibes”, una fotografía en blanco y negro y disfrutar de una cerveza viendo el atardecer. Una de las cosas que más valoro es la tranquilidad.
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Más gallega que asturiana, conocí a Cris en 2007 y aprendí a amar la fotografía gracias a ella. Poco a poco me di cuenta que sería una de mis mayores aficiones y que finalmente acabaría convirtiéndose en trabajo.
Lo que más me gusta en este mundo es un buen libro, una buena siesta (pero no muy larga). Todo lo que puede dar alergia, me la da. No soporto el desorden, tengo un humor un poco negro y la ironía es mi fuerte.